
Conocer la verdad
La mayoría de las personas afirmamos que tener conocimiento de la verdad es lo que deseamos, pero lo cierto es que en la práctica demostramos lo contrario, actitud que mostramos desde la más primitiva existencia. Seguramente porque en nuestro código genético llevamos escrito el miedo al saber, cómo una condena de muerte: “El día que coman del árbol del conocimiento de lo bueno y lo malo positivamente morirán”.
Pero… a pesar de esa amenaza, siempre ha habido personas que han buscado el conocimiento y que han pensado que tenerlo es una ventaja, a pesar de que hayan tenido que pagar el precio de su vida.
Seguramente la cita más conocida es la que da título al artículo de hoy, son palabras atribuidas a Jesucristo en Juan 8:32 Conocerán la verdad y la verdad los hará libres. Pero, aunque hoy día podemos tener acceso a mucha información, la mayoría de las personas no la quieren saber. Algo parecido enseñaba Platón en su alegoría de “El mito de la caverna”.
Y así estamos, la mayoría de la humanidad seguimos esclavos de las imágenes que se proyectan en la pared de la caverna, y somos capaces de asesinar por perpetuar el que esto siga siendo así. No nos damos cuenta que quienes proyectan las imágenes en la pared de la caverna son expertos manipuladores en neuromarketing que nos crean la ilusión de que somos libres pensadores, cuando la realidad es que estamos manipulados por el marketing de masas.
Pero… ¿qué es la verdad?
¿Qué es la verdad?
Se suele llamar verdad a aquellos conceptos o hechos que durante un determinado tiempo se han transmitido de una determinada manera, conforme al conocimiento o los intereses en un determinado grupo de personas, hasta que nuevos avances o hallazgos permiten dar a conocer que estábamos equivocados, o hasta que las circunstancias permitan que el dar a conocer los hechos verídicos aporten algún tipo de ventaja para cierto grupo.
Pero con todo, a algunas personas le ha costado la vida el tratar de que muchos tengan acceso a la verdad y otros han estado dispuestos a matar para que las masas no tengan acceso a la verdad.
Recordemos el hecho, hoy día tan manoseado, en el que Galileo fue obligado a pronunciar de rodillas la abjuración de su doctrina ante la comisión de inquisidores, bajo las órdenes del papa Urbano VIII, quien había sido su amigo.
Hoy en día que la tierra orbite alrededor del sol ya no supone un peligro para ninguna religión, pero tal vez sí que lo sean otros descubrimientos, y si te cierras a conocerlos estás actuando como los hombres de la caverna de Platón.
Nicola Tesla
La mente maravillosa de este hombre lo llevó a ser el precursor de muchos de los inventos que hoy en día disfrutamos, pero su mayor ilusión era la de proveer de energía gratuita a toda la humanidad. Evidentemente, la palabra gratuita no encontró apoyos, pero algunos creen que lo consiguió.
Fue uno de los inventores más prolíferos, a su muerte en plena guerra mundial, el FBI se encargó de requisar todo su material, cuaderno de notas, cajas, etc, por todos aquellos lugares por donde Tesla había pasado creándose el “Informe Tesla“.
Claro, claro, que todo eso ya pasó hace mucho tiempo y tú ahora puede que digas “eso a mí ahora me importa un pimiento”.
Me importa un pimiento
Esta frase “Me importa un pimiento” se usa de forma despectiva, para manifestar que algo no tiene ninguna importancia ni valor.
No me he tomado el tiempo para contar cuantas semillas tiene un pimiento, pero muchas. Si de cada semilla crece una planta y la planta nos diera solo 1/2 kilo de pimientos (que da mucho más) imagina que plantas 30 semillas que fructifican, conseguirías 15 kg. de eso que “te importa un pimiento”. Sucede lo mismo con las sandias, el maíz, las alubias, los tomates, los pepinos, etc. ¿O acaso esto no es así?
Pues en la mayoría de los países llamados industrializados cada vez menos, ¿por qué…? Pues porque estamos entretenidos viendo las imágenes en la pared de la caverna, tenemos una sensación de modernos porque vamos al centro comercial y compramos las plantitas para nuestra huerta, no tenemos que guardar las semillas ni sembrarlas, pues somos personas modernas súper ocupadas. Pero lo cierto es que si guardas las semillas de ese pepino cuya mata compraste en el centro comercial para plantarla el próximo año, no tendrás pepinos.
Tal vez te preguntes, y ¿por qué no voy a tener pepinos de las semillas que guarde? Pues porque seguramente las plantitas que compraste eran híbridos, es decir, de semillas infructíferas.
¿Y todo eso que tienen que ve conmigo?
Ahora puede que me preguntes “¿Y toda esta información para que me sirve?” Pues porque como hemos dicho al principio, la verdad te hace libre. Ahora eres libre de comprar plantitas híbridas, que te darán unos hermosos frutos, pero que sus semillas no valen, o tratarás de hacer tu propio semillero de semillas NO híbridas para que cuando recojas su fruto, además del producto propiamente dicho, puedas guardar tus propias semillas. Posiblemente sean una buena herencia para tus hijos y nietos porque puede que llegue un día que no podamos encontrar semillas fructíferas, estarán solo en manos de multinacionales. Me parecería una buena idea que cada cual pudiera guardar sus propias semillas
Y todo esto para decirte, que quienes proyectan las sombras en las cavernas, no quieren que te enteres de lo que en realidad traman, apoderarse de la energía, apoderarse de los cultivos. Y quienes proyectan las sombras no son los políticos, los políticos junto con el entretenimiento, llámese fútbol o cualquier otra cosa, solo son las sombras que nos entretienen y está bien que nos entretengamos un poco, pero sin perder de vista el futuro, de nuestros hijos y nietos.
Gracias por vuestra atención
En España se han formado en algunas provincias asociaciones sin ánimo de lucro para guardar y preservar los cultivos autóctonos, creando bancos de semillas. Me parece una idea fabulosa. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

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