espejo
Reflexiones

El espejo

Cada espejo es mágico, todos nos reflejamos en ellos pero a cada cual nos produce un sentimiento.

Durante muchos años vivió con nosotros nuestra amada perra Ruby, una bretona blanca con manchas canela a la que todos amábamos.

Un día de mudanzas apoyamos un gran espejo en el suelo de la terraza, mientras organizábamos la habitación donde teníamos que colgarlo. De repente, desde dentro de la casa, oímos a nuestra perra gruñir de forma amenazadora. Salimos para ver qué pasaba, solo para darnos cuenta que se estaba gruñendo a sí misma. En ese momento caímos en la cuenta que ella no se había vito así misma nunca y lo que percibía ahora era una perra enfrente de ella, que le amenazaba.

De pronto nos dimos cuenta de que estaba a punto de acontecer un pequeño drama y es que nuestra perra estaba a punto de atacar a su propia y desafiante imagen, la que se reflejaba en el espejo.

Llegamos justo a tiempo para sujetarla, tratando de calmarla, pasando a ser sus gruñidos de amenazadores a desesperados ladridos, al notar que la sujetábamos y no podía defenderse de aquel ser amenazador que quería arrojarse sobre ella. Al poco sus ladridos pasaron a ser un plañidero sonido de desconcierto al ver a sus dueños desdoblados, unos los sujetaban a ella y sus dobles al otro animal.

Después de unos momentos de desconcierto, se calmó y pudimos soltarla, nos miraba, miraba al espejo, lo volteaba por el hueco que dejaba en la pared y al poco comprendió que lo que veía era un reflejo de sí misma.

Un bebé ante el espejo

Después de tres hijos y un montón de nietos, sabemos lo maravilloso que es exponer a un bebe de unos meses por primera vez a su propia imagen ante el espejo, sobre todo si no puede ver la imagen de otra persona más que la suya. Como ellos no se sienten amenazados, como no se sienten rivales, les encanta su propia imagen, le sonríen, le balbucean a modo de saludo, alargan las manitas para tocarlo, las sonrisas que muestran son de satisfacción y plenitud, se enamoran de sí mismos.

Si marcas con un lápiz de labios, la frente o la mejilla del bebe, él tratará de tocarla en la imagen que se refleja en el espejo, pues no es consciente que aquello que ve es una imagen de sí mismo. Cuando el bebé expuesto a este ejercicio se busca con la mano la mancha en su propia cara es muestra de que ya ha comprendido que lo que le muestra el espejo es un reflejo de sí mismo.

¿Qué es un espejo?

Pero… ¿qué es un espejo, que produce esas ilusiones maravillosa, sean estas positivas o negativas?

Pues lo cierto es que solo es un cristal que está oscurecido por una de sus caras, frecuentemente pintado con tonos plata. Es decir, el cristal tiene que estar oscurecido solo por una de sus caras, si estuviera oscurecido por las dos caras no reflejaría nada y si estuviera limpio por las dos caras seria traslúcido.

Imaginemos una gran puerta de cristal que separa dos habitaciones. Si ambas habitaciones están muy iluminadas, el cristal será traslucido, incluso puede parecer que no hay nada que separe las dos habitaciones. Sin embargo, si una de las habitaciones está oscura, en la otra habitación el cristal reflejará las imágenes casi como si fuera un espejo. Seguro que te ha pasado, ir caminando por la calle, pasar por un portal con cristales y ver tu imagen reflejada, cosa que no habría sucedido si dentro del portal hubiera más luz que en la calle.

Mirarnos al espejo

Mirarnos al espejo es conveniente, sobre todo si tenemos que presentarnos en público, para hacer un examen, una entrevista de trabajo o cualquier otra cosa. Además, es muy conveniente hacerlo para comprobar que todo está en perfecto estado.

Recuerdo una ocasión en que desarrollé trabajo de comercial, un día que tenía que verme con un cliente que interesaba mucho a mi empresa, como la cita la tenía a primera hora, no pasé por el despacho.

Yo usaba frecuentemente trajes de chaqueta, y para que me duraran más tiempo impecables, para lavarlos sujetaba las hombreras con grandes puntada para que no se deformaran y después de la plancha retiraba los hilos.

Aquel día para visitar a dicho cliente elegí un traje pantalón gris perla con una blusa de un suave tono salmón, con  botones redondeados como perlas, Salí apresurada de casa, pero llegué a tiempo. La reunión fue un éxito, pero cuando llegué al despacho, entré presurosa en el baño y al mirarme al espejo, me di cuenta de que durante todo el tiempo había lucido delante de mi cliente las amplias puntadas que sujetaban mis hombreras, jajaja, jajaja.

Otro día salí de casa con una pinza de esas de sujetar los rulos, jajaja, jajaja.

Mirarse al espejo antes de salir de casa, por mucha prisa que tengas, es un ejercicio muy conveniente.

Nuestros semejantes, nuestros espejos

Pero hoy he querido hablar de los espejos, de la experiencia de mi perra y de lo que les sucede a los bebés frente al espejo, porque según dice la ‘Ley del espejo’, todo, todo lo que nos reflejan nuestros semejantes, son destellos de nosotros mismos. Aunque no lo queramos admitir, en ocasiones tendremos que pedir ayuda para poder llegar a comprenderlo, de lo contrario podemos llegar a ser un peligro para nosotros mismos, como le sucedió a mi perra Ruby. La tuvimos que sujetar, se sintió confusa al vernos a nosotros también en el espejo, después investigó, volteando el espejo, hasta que finalmente pudo aceptar que aquello que a ella le había parecido una agresión de otra perra era su propia imagen.

Nuestros semejantes reflejan lo que somos

Nuestros semejantes son nuestros espejos y reflejan lo que somos. Si somos confiados, no tenemos celos, nos sentimos seguros, disfrutaremos de los demás, como el bebé con su reflejo.

Pero… ¿qué hacer si lo que vemos en los demás no nos gusta? Pues lo primero, que no cunda el pánico. Dedica tiempo a examinarte y trata de comprender porque esa persona actúa de esa manera. (Proverbios 27:17) Si poco a poco descubres que en algunos aspectos tú también actúas así, no tienes que sentir culpa, el simple hecho de reconocerlo conseguirá que hagas cambios en tu vida.

Si lo que vemos en los demás es algo que nos encanta, enhorabuena, significa que tú también tienes esos matices.

A partir de hoy

Puesto que eso es así, a partir de hoy presta atención a lo que dices de otros, a lo que te molesta de los demás y trata de sanarlo en ti.

Si tu semejante lleva los zapatos sucios, limpia los tuyos. Este consejo llévalo a todas las facetas de tu vida: si tu pareja no es cariñosa, muestra tu cariño; si tus padres se entrometen en tu vida, pregúntate ¿qué haces tú con ellos? Si no te gusta que te juzguen, piensa en si lo haces tú en alguna ocasión. (Romanos 2:21)

Nuria Andreu, te muestra hasta cuatros lecciones, que puedes aprender en este vídeo, que ya te presenté en otra ocasión (en este artículo), seguro que analizarlo te servirá de mucho.

Espero haberte sido de ayuda!

Gracias por tu atención.

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