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Manual de escritura

¿Quieres ser escritor / empezar a escribir? (4)

Escribir con los cinco sentidos

El escritor es una persona que escribe para personas. Para ser capaces de trasmitir sentimientos al escribir, tenemos que saber explicar cómo los protagonistas reciben en sus sentidos los diferentes estímulos sensoriales. Esto, evidentemente, dependerá de su educación, cultura y vivencias. No reaccionará igual a la visión, tacto, sonido y olor ante un animal recién muerto un ejecutivo que nunca haya tenido que matar un animal para comer, que un hombre que trabaje en un matadero.

EL OLFATO

Yo trabajé un verano en una brigada helitransportada en la extinción de incendios forestales, lo cual me ha dejado muy sensibilizada a tal evento. Alguna vez, al salir de casa (yo vivo en el campo, a los pies de la Sierra Calderona), le he dicho a mi esposo: “Huele a incendio” y así era, a pesar de que donde estábamos aún no podíamos ver ni fuego ni humo.

Nosotros en invierno encendemos chimenea, al igual que algunos vecinos, y el plato típico de la zona (la paella) se cocina con leña. Es decir, estoy acostumbrada al olor de la leña ardiendo, pero sé distinguir el olor de la chimenea, la del paellero y la del incendio. Estoy muy sensibilizada a lo que sucede con relación a los montes. Cuando llueve en nuestra zona, cosa cada vez más escasa, yo pienso en lo felices que serán las diferentes vegetaciones del monte y me siento muy ofendida cuando, al pasear, veo que la gente ha dejado basura.

Seguramente cada persona, por sus vivencias, tienen más sensibilidad a algunas cosas que otras y reflejar eso de nuestros personajes a la hora de escribir los hace más cercanos y creíbles.

EL OÍDO

Los sonidos que nos son agradables o desagradables, también son condicionados, de la misma manera que conocemos música típica de cada país o cultura o generación. Por ejemplo, la música marca mucho la brecha generacional, de hecho, las personas de mi edad tenemos que hacer un esfuerzo grande para tratar de comprender las tendencias actuales de la música, cosa esta que también ha sucedido en todas las generaciones.

Los sonidos tienen que formar parte de nuestro relato, pues ayudan a los lectores a comprender la situación o la cultura. En mi novela ‘Todos los hombres de Carmen‘ existen muchas referencias a sonidos y a la música que escuchan los personajes. Esto nos permite situarlos en una cierta edad y cultura. Por ejemplo, se menciona una fiesta doméstica, en la que sonaba el pasodoble ‘Paquito el chocolatero‘, pieza con la que suelen terminar muchos encuentros populares en la provincia de Valencia (España).

Otro ejemplo, esta vez de la novela de Katherine Neville ‘El ocho’, que os recomiendo si no la habéis leído por que es fabulosa. Bueno, un pequeño párrafo dice:

“(…) por el suelo paseaban grandes pavos reales, que arrastraban sus bellas colas por la nieve. Cuando soltaron un grito espantoso, me parecieron mujeres apuñaladas. Me irritaron.

Esta novela presenta algunos párrafos semejantes a este, en que en la misma situación presenta las sensaciones antagonistas de los sentidos. La  vista de los pavos reales sobre la nieve era agradable, mientras que el sonido era irritante.

LA VISTA

Uno de los sentidos más importante para escribir es la vista. A través de nuestras descripciones de los espacios y paisajes, nuestros lectores pueden hacerse una composición del panorama o la situación. Podrán comprender, según las circunstancias, el estado de ánimo del protagonista:

“Mirelle estaba de pie, de espaldas a él, mirando hacia sus jardines y el pequeño huerto que había al otro lado del muro de piedra. Estaba desnuda y su piel cremosa resplandecía con el brillo de seda en la luz matinal.” (‘El ocho’, Katherine Neville).

“La habitación de la tía estaba como ella la recordaba: la misma colcha de piqué blanca, las mismas alfombrillas de grandes flores rojas a ambos lados de la cama de matrimonio, el mismo visillo, la misma butaca tapizada en seda granate, la misma cómoda con un barniz casi negro sobre la que colgaba un espejo a juego…”  (‘Todos los hombres de Carmen’, Lola Campos)

En la ausencia de visión tomarán relevancia otros sentidos como por ejemplo el tacto.

TACTO

Para que comprendamos la importancia del tacto, tenemos que imaginarnos cómo podemos trasmitir algo para que un ciego lo comprenda.

Imagínate una hermosa joven enamorada ante su amado, quien es ciego y no puede apreciar su belleza mediante la visión. Te transcribo un poema del poemario ‘Lloviznas‘:

CIEGO

Como palomas perdidas
Son en mi cuerpo tus manos
En cada tiento dibujas
En tu mente mi retrato.

Las deslizas por mi piel
Parándote en cada tramo
Y escuchas los sonidos
De mi pulso acelerado.

Como tus ojos sin luz
Se oscurece el cielo claro
Y poco a poco en penumbra
La habitación ha quedado.

Para ti nunca amanece
Por eso quiero estar
Toda la noche a tu lado.

Como vemos, a la hora de escribir tenemos que ser capaces de trasmitir las sensaciones a todo tipo de personas e imaginarnos cómo les puede afectar lo que contamos.

Como conté en el texto anterior, en uno de los libros que mi esposo leyó durante el pasado año, uno de los protagonistas tenía un gesto muy habitual que a mi esposo le producía repugnancia, que seguramente era lo que el escritor pretendía que provocara ese personaje en sus lectores.

EL GUSTO

Describir el placer o la repugnancia de este sentido, también nos acerca a los protagonistas. Si les gusta, por ejemplo, comer chicles entre horas, o a todas horas, y además explicamos de qué sabor le gustan y cómo se expande en su boca el dulzor del mismo, mientras esta se le llena de saliva, nos permite que los protagonistas nos sean familiares y que si nos pidieran que les compráramos chicles, sabríamos elegir el sabor, aunque expresamente no nos lo hubieran dicho.

Entendemos pues que prestarles atención a los cinco sentidos, no es rellenar con palabras y definiciones superfluas nuestro escrito, sino dar información pertinente sobre la época, la situación geográfica, política social, cultural, y sobre todo, de la personalidad de los protagonistas. a la hora de escribir, todo detalle sensorial es importante.

Para terminar, os transcribo un párrafo de ‘Todos los hombres de Carmen’, donde la protagonista, sentada en una cafetería, sabiendo que se va a enfrentar a una situación que le produce estrés, está tan a la expectativa,  que sus sentidos captan todo:

“Todos los sentidos de Carmen se pusieron en alerta a la espera de lo que fuera a pasar. El aroma del café se mezcló con el perfume de Luisa, que se había liberado de su cuerpo en aquel movimiento de acercamiento. El sabor entre amargo y dulce que al chupar la cucharilla con la que había removido el café dejo en su boca, se espesó.

El tintineo que produjo la caja registradora al abrirse para darle el cambio a un cliente sonó dentro de sus oídos. Su espalda recibió un golpe de aire fresco cuando la puerta del bar se abrió para dar paso a unos nuevos clientes y sus pupilas registraban los golpes de luz en más o menos intensidad al tiempo que alguien se interponía entre la fuente de luz y ellas.

Su respiración comenzó a entrecortarse y sus manos se humedecieron. No había tiempo para nada. Unos pasos sonaban ya a su lado, al tiempo que una mano varonil se posaba en su hombro y escucho una voz que creía olvidada”,

Espero haberte sido de ayuda para que puedas seguir con tu pasión de escribir.

Muchas gracias por tu atención.


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