fobia
Reflexiones

Fobia: y tú, ¿a qué tienes miedo?

Fobia es un miedo intenso e irracional, que experimentamos ante alguna situación, un ser, o un objeto. Algunas veces de una magnitud tan desproporcional, que se considera una enfermedad psiquiátrica, muy extendida, puesto que se calcula que mucho más del 8% de la población sufre este trastorno.

https://www.nimh.nih.gov/search.shtml?q=phobia

Un listado interminable

Existen fobias a casi todo, la lista parece interminable, entre las más destacadas encontramos:

Aerofobia: o miedo a volar. Quienes lo sufren, pueden tener miedo a morir en un accidente, a ponerse enfermos, a sufrir una situación desagradable y no poder tener el control, etc.

Claustrofobia: o miedo a los lugares cerrados y/o pequeños. Quienes lo sufren tienen la sensación de que no van a poder salir, no podrán moverse y que les falta el aire.

fobia

Zoofobia: o miedo irracional a los animales. Aquí se engloban otras fobias más específicas como ofidiofobia o miedo a las serpientes, blatofobia o miedo a las cucarachas, cinofobia o miedo a los perros, aracnofobia o miedo a las arañas. Y todo un largo etcétera.

Sofofobia: o miedo a aprender. Esta es sin duda para mí una de las fobias más extrañas y que supuestamente estará asociada a algún hecho traumático vivido por la persona que lo padece. Tal hecho habrá quedado dormido en el subconsciente, pero el miedo aflora ante la materia que debería aprender en cuestión.

Autofobia: o miedo hacia uno mismo. En la realidad no es miedo a uno mismo, sino miedo a quedarte solo, a estar en peligro y que nadie te pueda echar una mano. Son personas que siempre necesitan estar con alguien, por lo que en algunas ocasiones soportan gente tóxica de las que se hacen dependientes.

Acrofobia: o miedo a las alturas. Esta la sufro yo, pero no siempre. Es decir, cuando sé que me voy a enfrentar a lo que me produce el miedo, parece que soy capaz de controlarlo. De esta manera he sido capaz de subir en teleféricos y por escaleras de varios metros que solo estaban apoyadas en el suelo y por la parte de arriba en algún punto. En cambio, en otras ocasiones, subirme a una silla o asomarme a un balcón o a un acantilado es toda una prueba que no siempre supero.

Es más, muchas veces no supero ni ver a otros enfrentarse a eso que a mí me da miedo. De manera que si veo un niño que se asoma a un balcón, o a alguien que sube algún sitio suspendidos en el vacío, me entra tanto vértigo (aunque yo esté sentada en un silla), que después paso el día como si hubiese estado haciendo trabajos pesados, totalmente agotada.

¿Qué produce la fobia?

Los especialistas apuntan a varios motivos, entre ellos una mala experiencia personal, sobre todo cuando se es de tierna edad. Por ejemplo, un niño que es atacado por un perro puede desarrollar cinofobia.

Asimismo, la amaxofobia o miedo a conducir se puede experimentar por haber sufrido algún accidente de tráfico.

Pero las fobias también pueden ser aprendidas. Muchas veces, los mayores somos los responsables del temor que sienten algunos niños y que posiblemente desemboquen en algún tipo de fobia. Por ejemplo, recalcarle a algún niño que se puede ahogar en la playa, o que si no se come la sopa vendrá el hombre del saco, son exageraciones que lo único que hacen es trasmitir nuestros miedos. Evidentemente, si por la zona en que se tiene que mover un niño existe un peligro haremos bien en advertirlo, incluso en explicarle cómo se debe de actuar en un determinado momento, pero no deberíamos trasmitir nuestros miedos a los pequeños.

Otro gran error que se cometió durante tiempo por personas mayores o cuidadores de niños fue castigarlos en un cuarto oscuro, práctica que además de no ser didáctica, es una crueldad.

Las películas o cuentos de terror, a pesar de que son una fantasía, también influyen. Recordemos que nuestro cerebro no distingue entre la realidad o la ficción. Por ejemplo, si una película nos trasmite una fuerte emoción, porque estamos viendo un asesinato sangriento en una noche de luna llena en un parque, es posible que pasear por un parque una clara noche de verano para tomar el fresco no sea una bonita experiencia, porque nos hemos causado un trauma a nosotros mismos.

El experimento del pequeño Robert

En nombre de la ciencia se han cometido verdaderas atrocidades. Este fue el caso del experimento del pequeño Robert. Robert era un niño sano de once meses de edad, se aseguraron que no tenía miedo a ningún ser a los que tenían que exponerlo. El niño fue expuesto a hámster, perros, conejos etc. Interactuaba con ellos con normalidad y curiosidad. Pero el pequeño Robert se sobresaltaba mucho con los ruidos. El experimento consistió en exponer al niño a aquellos seres con los que actuaba con normalidad al tiempo que se producía a sus espaldas un gran ruido que lo asustaba. El niño comenzó a tener miedo y con tan solo ver un conejito de peluche, comenzaba a llorar, aunque no se produjera el ruido. Demostraron así que las fobias pueden ser inducidas.

Aclarar que la madre retiró al niño del experimento y que hoy en día por ética no se permitiría tal experimento.

Aunque hoy día se llevan a cabo otros experimentos, en los que tampoco todos están de acuerdo, ¿recordáis el post de Lulus y animales quimera?

Las fobias tienen cura

Al parecer no hay tratamiento farmacológico específicamente para las fobias, por lo que se suele prescribir, en casos graves, fármacos para la ansiedad. Las fobias tendrían que ser tratadas por psicólogos o psiquiatras, que tratarían de averiguar el motivo de la fobia. Hoy en día parece que está teniendo mucho éxito la exposición gradual al motivo de nuestro miedo. Primero de manera virtual y poco a poco real, pero siempre acompañado de un buen profesional, quien valorara los pros y los contras de los resultados.

Lo que tenemos que saber, seamos nosotros los que sufrimos una o más fobias es:

  1. Si, efectivamente hay tratamiento.

2. La persona que tiene una fobia, aunque no presente un cuadro febril ni una herida sangrante, sufre y merece toda nuestra comprensión, respeto y compasión.

3. Si un niño se asusta o grita ante una simple mariposa, que tú le riñas, le grites, te burles de él o lo castigues, solo incrementara su ansiedad y le harás sufrir más. Posiblemente todos lo hemos hecho, por desconocimiento, pero ahora ya lo sabemos y lo haremos mejor.

Espero haberte ayudado.

Gracias por tu atención y si me quieres contar tu fobia, estará encantada de leerte en los comentarios a través de mi email lolacampa001@gmail.com .

Si te ha gustado mi post, ¡compártelo!

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

error

¿Te está gustando mi blog? ¡Compártelo con el mundo!