gratitud
Reflexiones

Gratitud

Cuando has asistido a tantas conferencias como yo y has oído hablar de tantos temas y tan repetidas veces (como el tema de la gratitud), la gente que convive con una algunas veces te pregunta,

– ¿Otra vez vas a oír sobre eso? Si ya lo debes saber de memoria!

Pero lo cierto es que siempre hay algo nuevo, algún pequeño detalle, que después te conduce por los intrincados senderos de tus propias meditaciones.

El consejo del orador sobre la gratitud

Eso fue lo que me sucedió aquel día con aquella disertación sobre la gratitud. (Tema, por cierto, muy manoseado por mí, que doy las gracias por todo, enseño a los míos a mostrarse agradecidos, y hasta he participado en maratones de agradecimiento, actividad que para mí ha sido muy placentera.) Pues como digo, aquel día el pequeño detalle fue la reflexión que hizo el orador, cuando dijo:

– Esta noche, antes de que se duerman, den gracias por las tres cosas más valiosas que tengan para ustedes, las que ustedes más aprecien.
Yo enseguida pensé: “mi familia, mi casa, mi salud“… pero el orador no había terminado su frase y siguió…
– y mañana cuando se despierten tendrán esas tres cosas tal como las han deseado, pero todo lo demás habrá desaparecido, o no tendrán acceso a ello.

Pause un momento la lectura y medite en ello.

Piense en ello

A mí me sobrecogió aquella reflexión, porque yo soy de las que aprecia hasta las cuartillas usadas por una cara y que guardo para reciclar.  Yo soy de las que si me pongo una camiseta de algodón pienso en la planta, en los recolectores, en los hiladores, en los diseñadores, en quienes sentados a una maquina la han confeccionado.

Es decir, yo aprecio y agradezco todo. Trato de ser consciente de lo que tengo, para apreciarlo. Pero de repente aquella reflexión me hizo notar, me hizo ver, cuántas cosas damos por sentado, asimilamos que son como son y no las apreciamos.

Las tres cosas más importantes

Para mí, lo primero es mi familia, pero… también poder disfrutar de otras familias, de nuestros vecinos, de la gente que va y viene, que entra y sale de nuestras vidas y nos enriquece con sus experiencias.

Para mí, mi casa es muy importante, pero… junto con poder disfrutar de la luz, del agua corriente, de internet, de la ropa, de los muebles que nos hacen más fácil la vida, de tantas cosas.

Para mí, mi salud es de lo más importante, pero… junto con la salud de todos los demás, junto con el deseo de disfrutar de las cosas divertidas de la vida.

Así que de repente me di cuenta, que no somos lo suficientemente conscientes de todo aquello que disfrutamos, que damos por sentado. La mayoría de los privilegios y comodidades que tenemos, de los que no hacemos buen uso; de las cosas que poseemos, a las que no mostramos suficiente respeto y amor, como por las personas que conviven con nosotros, ni por los demás seres vivos que viven en nuestra casa, sean animales o plantas.

Cadena de reflexiones

Aquella sugerencia del orador, de elegir las tres cosas más importantes para mí, me condujo a una larga cadena de reflexiones, que me sumergió en no pocas horas de meditación. Unía en mi mente esta a otras frases que no siempre terminé de comprender, como por ejemplo, aquella frase bíblica que dice: “Al que tiene más se le dará, pero al que no tiene hasta lo que tiene le será quitado”. Es decir, al que tiene aprecio y muestra agradecimiento más se le dará, pero al que no aprecia, lo perderá.

Uniéndolo también a la tan trillada ley de la atracción. Si te enfocas en lo que quieres y agradeces lo que tienes, recibirás más. Pero si das por sentado a todas las personas, sin agradecer su presencia, las perderás.

Todas estas meditaciones me llevaron a tener una composición, mucho más nítida, de lo que es el agradecimiento.

Sembrar gratitud en nuestro huerto

semillero de maíz

Si nos centramos, meditamos, agradecemos, nos regocijamos, en todo aquello que nos gusta, queremos, amamos. Ponemos en marcha la ley de la atracción, la ley de la resonancia, es como plantar semillitas de lo que deseamos cosechar, y a su debido tiempo más se nos dará.

Pero si damos las cosas por sentado, no agradecemos las deferencias de los otros, no apreciamos las posesiones de que disponemos (porque pensamos que merecemos algo mejor), nos quejamos de la salud, del trabajo… en ese caso, hasta lo que tenemos nos será quitado, porqué no somos capaces de apreciarlo, no lo amamos, no lo cuidamos.

La Ley de la Cosecha

Cuando entendemos que lo que sembramos es lo que recolectaremos, prestamos mucha más atención a nuestros pensamientos, actitudes y palabras. Mostramos aprecio y agradecimiento por todo lo que tenemos por humilde que sea, pues sabemos que hasta un grano de maíz merece nuestro respeto, ya que puede convertirse en una mazorca con el tiempo.

Del mismo modo, cualquier pequeña fracción de algo que te sea valioso, llámalo relaciones, salud, riquezas, conocimientos, cualquier cosa que tú respetes, agradezcas y cultives adecuadamente, te proveerá de gran abundancia.

Maravilloso ¿verdad? Es así de sencillo.

Todo es energía

energía

Todo a nuestro alrededor está formado de energía, todas las cosas materiales que vemos o poseemos, hasta nuestro propio cuerpo, hasta la roca más dura que conozcas. Si fuésemos capaces de descomponerlo hasta sus más pequeñas partículas, lo siguiente que veríamos es la energía de la que toda materia esta creada.

Cuando sabemos que nuestros pensamientos y sentimientos son energía, entendemos que con estos, podemos modificar nuestro entorno, pues es esa energía la que crea la materia, es la que atrae a ciertas personas o circunstancias, o la que las repele.

La energía de nuestros pensamientos

Al entender que nuestros pensamientos y sentimientos son energía, capaz de materializar eventos, en ese momento dejamos de buscar culpables, asumimos nuestra responsabilidad, de las cosas que nos suceden.

Comprendemos que no podemos inmiscuirnos en los pensamientos ni sentimientos de los otros, respetamos que cada cual siga su camino, nos convertimos en luz para que otros se guíen en medio de la oscuridad, si voluntariamente se vuelven hacia nuestra luz.

Somos luz desde el respeto a los demás, el respeto a su libertad, a su derecho de elegir su propio camino, aunque su camino lo aleje de nuestra senda. Porque nadie nos pertenece, ni siquiera nuestros hijos.

Gratitud y energía

La gratitud sincera por todo, lo que somos y tenemos, es una poderosa energía, que nos proveerá de todo lo que necesitamos, al tiempo que lo necesitemos.

Muchas gracias por haberme acompañado en esta reflexión, si lo deseas cuéntame tus hábitos de gratitud o tus experiencias en relación a la gratitud, me encantará saberlas.


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