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Reflexiones

Las relaciones nos mejoran

Hace ya unos tres años que neurocientíficos franceses demostraron que nuestro cerebro es más eficiente en sociedad (o en relaciones). Por medio de experimentos lograron darse cuenta que ante una misma actividad, activamos unas neuronas u otras dependiendo de que estemos en soledad o en compañía, aunque dicha compañía no se esté sociabilizando con nosotros.

Uno de los experimentos se llevó a cabo con primates, que tenían que realizar cierta tarea de asociación, tras el cual los resultados se optimizaban cuando en la sala en que el primate estaba solo entraba un congénere con él. Al haber alguien más en la sala, el primer primate solucionaba mejor y en menos tiempo el mismo ejercicio.

Los otros nos optimizan

Algunas veces hemos pensado que el que alguien nos mire, mientras hacemos una determinada tarea, parece que provoca el que nos salga peor, pero estos experimentos han demostrado que no es así y que en realidad los demás optimizan nuestro rendimiento. De tal forma, que si al realizar un examen, notamos la presencia del examinador cerca, el examen nos saldrá mejor. O si al entrenar en cualquier deporte, lo hacemos en grupo, seremos más efectivos. Según algunos estudios, el estrés se reduce un 26% más estando con relaciones, que si lo practicas en solitario.

Pero el descubrimiento no se limitó simplemente a detectar las neuronas sociables, sino que descubrieron que tenemos neuronas sociales y neuronas asociales.

Neuronas sociales y neuronas asociales

Al exponer a los primates a los ejercicios del experimento, se dieron cuenta que las neuronas que intervenían en la resolución del mismo eran diferentes si el individuo estaba solo o acompañado.

Y si, como hemos dicho, cuando estamos acompañados somos más hábiles y más rápidos, la próxima vez que declaremos “Yo me he hecho a mí mismo, no tengo nada que agradecer a nadie” posiblemente nos convendría mordernos la lengua, porque desde que fuimos concebidos nos han estado sustentando los otros. Es decir, no importa lo buenos que seamos en cualquier menester, todo lo que hacemos, sabemos, o somos, está sustentado en lo que hemos aprendido en nuestras relaciones. Nuestro comportamiento lo ajustamos según lo que vemos de los demás y de ellos aprendemos si hacer u omitir algo.

Lo bueno de estar en comunidad

Si, como hemos dicho antes, el practicar deporte en compañía es muchísimo mejor que hacerlo solo (reduce el estrés en un 26% más que si se practica en solitario), también se ha comprobado una mayor eficacia en la resolución de problemas. Cuando se cuenta con la compañía de un grupo de tres, cuatro, o cinco personas (Proverbios 11: 14). Para ciertos investigadores, esto se debe a la habilidad del ser humano para trabajar juntos, generar respuestas correctas, rechazar las equivocadas o menos efectivas, procesando toda la información que generan juntos.

Muchos amigos y relaciones

Pero no solo sociabilizar nos hace más efectivos a nivel de rendimiento, sea físico o intelectual, pues resulta que tener muchos amigos y relaciones, además, nos hace más tolerantes al dolor, ya que la relación con amigos libera opioides al cerebro con efectos similares a los de la morfina.

Esta misma semana, alguien me contó esta experiencia:

Estaba sola en casa, con fiebre alta, sin ganas de nada, pero una amiga que hacía tiempo que no veía, venía a la ciudad con su novio y me lo quería presentar, no fui capaz de decirle que no, a pesar de lo mal que me encontraba.

Ella fue a prepararme algo, mientras su novio, muy simpático y de lengua vivaz, comenzó a contarme toda clase de anécdotas. Pensaba que me iba a estallar la cabeza, pero a los pocos minutos algún bosquejo de sonrisa se dibujaba en mi rostro, para terminar una hora después riendo abiertamente, con sus ocurrencias.

Maravilloso, ¿verdad? La risa social libera al torrente sanguíneo endorfinas (llamadas hormonas de la felicidad), las cuales nos hacen sentir placer y serenidad, y refuerza los vínculos de amistad.

https://www.muyinteresante.es/salud/articulo/tener-mas-amigos-aumenta-la-resistencia-al-dolor-141462263843

Acompañados o solos

Bien, ya hemos visto que estar rodeados de personas optimiza nuestro comportamiento y funciones cognitivas. Entonces, ¿quiere eso decir que estar solo es malo? Pues no, no es malo, de hecho necesitamos tiempo a solas para asimilar y reajustar las vivencias del día. Además, hasta cuando estamos solos resulta que estamos acompañados, porque nuestro cerebro compone y recompone las vivencias y conversaciones que hemos tenido a lo largo del día, de tal forma que estar realmente solos es muy difícil.

– Aunque tenemos que hacer una salvedad, que viene a colación por la situación que se está viviendo en muchos países, y es que tenemos que distinguir entre soledad y aislamiento. –

Aislamiento

Según el estudio neurocientífico del Instituto Caltech de California, el aislamiento prolongado de mamíferos repercute en que el cerebro de estos segregue un neuropéptido llamado neuroquinina. Ésta produce disfunción en varios circuitos cerebrales, lo que dispara la agresividad ante sus congéneres. Los individuos sentían una sensación permanente de miedo y se volvían hipersensibles a cualquier estimulo que para ellos supusiera un peligro.

Una se pregunta, siendo esto así, ¿qué ventaja tiene el aislamiento de la población?

El aislamiento siempre se ha asociado con peligro. Personas que se aíslan en una prisión, por un mal cometido, o para proteger a un colectivo sano, (Levítico 13: 4). En el antiguo testamento varios preceptos se dieron mediante Moisés, en que se excluía a alguien por alguna inmundicia, y para perseverar la limpieza y salud del campamento. Esto Jesús, en algunas ocasiones, no lo tomó en cuenta (Mateo 8: 1-3) (Lucas 8:43-48).

Cumplimos órdenes o tenemos consciencia

Pero nunca en la historia se ha aislado a la persona con un comportamiento normal o sana, a no ser en épocas donde los poderes políticos, según la historia, fueran corruptos o malos y la población fuera cobarde, y solo aceptaban ordenes sin plantearse su responsabilidad ante los hechos que ocurrían. Muchos de estos, cuando después la historia los ha juzgado por crímenes a la humanidad, solo han sabido decir que… “cumplían órdenes”.

Hoy en día estamos viviendo momentos que nuestros nietos o bisnietos, juzgarán y… ¿qué pensaran de nosotros? Qué… ¿cómo fuimos capaces de apoyar u obedecer ciertas órdenes? O como el leproso y la mujer enferma del flujo de sangre, ¿somos capaces de transgredir algunas normas que demuestren a los demás que existen otras maneras de actuar?

La Ley del Amor

Jesús, al igual que muchos médicos hoy en día, no condenó a quienes transgredían algunas normas, su misión era salvar a cuantos más mejor.

Nos pueden contar las cosas de muchas maneras, pero cada cual llevaremos nuestra propia carga de responsabilidad.

Las relaciones, por tanto, nos mejoran si adoptamos las actitudes buenas de los demás y aprendemos a rechazar las malas.

Gracias por tu atención.

                                                                                                                 

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