
Mi primera novela
Escribir mi primera novela fue toda una experiencia no solo para mí, sino para toda mi familia, puesto que los personajes terminaron siendo una parte de la misma y una extensión de nosotros mismos, que nos unió a otras personas reales que en aquel momento ni siquiera sabíamos que existían.
Yo por aquel entonces trabajaba a jornada completa y ya tenía varios nietos. Era de noche y mi esposo y yo íbamos a bailar con unos amigos. Fue una de esas conversaciones informales que surgen en los cortos trayectos en coche. De repente sin saber porqué ni de dónde salieron las palabras que le dije.
-Voy a escribir mi novela, ya no espero más, aunque no os prepare la comida, aunque no limpie la casa, aunque no haga nada más, lo voy a hacer.
-Me parece bien -fue su respuesta-, dando comienzo a una de las muchas charlas que en los próximos dos años alimentarían las conversaciones familiares.
Buscando el tema
Pocos días después mi hijo mayor me visitó en mi trabajo, fue cuando él se enteró de mi proyecto y le comenté el problema que tenía.
-Quiero enfrentar al mismo problema a él y a ella (los protagonistas). Ella sé cómo va a reaccionar y en qué circunstancias, pero con él tengo problemas, pues me gustaría situarlo en una guerra en la que España estuviera envuelta por esos años y no sé por dónde situarlo.
Mi hijo lo tuvo claro: “el conflicto de la marcha verde”. Él apenas tenía dos años cuando sucedió ese conflicto, pero lo conocía por sus lecturas y a mí me pareció que me encajaba perfectamente en mi proyecto, pero yo no conocía nada, ni de guerras, ni del ejército, ni del Sáhara.

Trabajo de investigación
El Sáhara, La marcha verde, La colonización, fue solo una parte de mi trabajo de investigación, pero que me puso en contacto con personas que siempre ocuparan un lugar en mi vida.
Comencé a leer en varios foros -La mili en el Sáhara, Por tierra mar y aire- traté de saber cómo vestían, qué comían, qué armamento usaban. Hasta recibí el despiece de algún armamento. Mucha de aquella información después la comentaba con parte o con toda la familia. Comencé a cruzar correspondencia con algunos participantes asiduos de los foros que tenían información, que me podía ayudar a comprender la situación.
En las ciudades donde se desarrolla la novela, comprobé los nombres de las calles, en la época en que transcurren, pues es sabido que con los diferentes gobiernos cambian calles y monumentos.
Traté de describir cosas cotidianas, para que no solo se lea una historia, sino que además puedas conocer una cultura en una determinada época.
También me interesé por los problemas morales, que padecen quienes se preocupan de la moralidad de otros y hasta me entrevisté con la Asociación de curas casados en España.
Pero sobre todo, traté de recrear el perfil emocional y psicológico de los personajes, todos sus porqués, todas sus motivaciones.
Cuando ya tenía la novela terminada una de mis yernos me preguntó, “¿Para qué te ha hecho falta tanta información?”
-Para saber que no me hacía falta y que no contaba ninguna pifia. Fue mi respuesta
Cómo influyó en mi familia
Como ya he comentado, yo era una abuelita que trabajaba a tiempo completo fuera de casa a más de 40 minutos de coche, por lo que muchos días me quedaba a comer en algún restaurante y después hasta la hora del trabajo escribía un rato.
Algunas veces mientras me dirigía a hacer una visita, llamaba a mis hijos por el manos libres y les decía:
–Acuérdate de que a tal protagonista le pasa esto o lo otro porque…
Las cartas que recibía de los muchachos de los foros las repasaba con mi esposo, puesto que él con más criterio masculino, por haber hecho el servicio militar, por haber recorrido más mundo, sabía aclararme muchos puntos rápidamente.
A las horas de las comidas hablar de Carmen, Curro, Juan, el padre Vicente, Luisa etc, era como hablar de un miembro más de la familia. Decíamos en tono de cotilleo:
–Uuff, hoy Curro y Juan se van a enfadar, por…
Al crear unos personajes, que actúan de una determinada manera, empujados por un determinado sentimiento u forma de pensar, la cual está condicionada por sus antecedentes parentales y culturales, nos ha permitido a toda la familia ser más tolerantes, más comprensivos. En definitiva, a ver la vida con una perspectiva más amplia y saber que nuestra misión es tratar de mejorar como seres humanos cada día un poco.
Si a ti también te gustaría escribir un relato, te animo a que lo hagas, pues es, algo altamente gratificante.
A continuación os dejo una pequeña muestra de presentaciones y firmas de ejemplares de mi primera novela, que fue algo maravilloso!

Hablar de forma eficaz

El cajón secreto
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