
Noé y los arquetipos del pasado
Cíclicamente, desde tiempos muy pasados (hoy nos remontamos hasta Noé), la humanidad, la tierra, el cosmos, sufren eventos tan drásticos, que aparentemente el caos parece que desembocara, irremediablemente, en una extinción, sin que nadie pueda hacer nada.
Pero lo cierto es que, al parecer, siempre ha habido seres que han conseguido trascender esas situaciones, aunque para ello han tenido que nadar en contra corriente, soportar la incomprensión de sus contemporáneos, y arriesgarse más allá de su comprensión de cómo sería el futuro.
Lo que sucede es que estos relatos están tan alejados en el tiempo, que no les prestamos atención. Repasar algunas de estas historias, tal vez nos pueda servir como arquetipo.
LOS ATLANTES Y NOÉ
Algunas circunstancias de los Atlantes coinciden con las circunstancias de Noé, salvando las distancias geográficas y de tiempo.
En ambos relatos, algunas personas sabían que se acercaba un desastre que los aniquilaría, en ambos casos construyeron embarcaciones para salvarse. Y lo más importante de todo, las personas que se salvaron tenían un alto potencial de consciencia.
Los Atlantes en la ciudad de Naacal, dirigidos por el sacerdote Chiquitet Arelich Vomalites, después de dar advertencia sin ser oídos por sus contemporáneos, construyeron embarcaciones cerradas por todos los lados, protegidos con campos electromagnéticos. Así consiguieron salvarse unas cuantas familias, junto con algunos utensilios y sus animales domésticos.
Muy similar, en líneas generales, es la historia de Noe, que siendo advertido de la destrucción de la tierra por medio de un diluvio, construyó una enorme embarcación, donde cuatro familias y una representación de la fauna, así como el alimento para todos ellos, les permitió subsistir, hasta que pudieron bajar del arca, aproximadamente un año después.
El arquetipo
Me permitirá el lector que tome el arquetipo del diluvio, pues para mí, por mi cultura cristiana desde mi más tierna infancia, la Biblia me es más fácil de citar, pero puedes transpolar lo que expliquemos a tu situación actual, solo como un arquetipo.
Comencemos:
Para poder asimilar bien el arquetipo, debemos sintonizarnos con los personajes. Así pues, para analizar este ejemplo, dios será nuestra mente, y nuestra vida, la creación a la que le has dado nuestras mejores energías.
Dios creó la tierra, y todo lo que hay sobre ella, con la intención de que todo fuera bien, existieran con armonía y fueran fructíferos. Sin embargo, surgieron contratiempos, y a pesar de que Dios trató de enmendarlo, todo fue de mal en peor, hasta el punto que a Dios le pesó demasiado aquello que había creado y decidió destrozarlo (Génesis 6: 5-7).
Pero todo ser inteligente, que ha invertido mucho tiempo, energía, y dinero en una empresa, que tenía todos los elementos para triunfar, no lo destruye todo sin analizar, dónde ha estado el error y si aún hay algo que se pueda enmendar. Y en esas estaba Dios cuando recapacitó que aún había algo muy bueno, que podría emplearse para que la empresa realmente tuviera el éxito previsto. Ese algo fue Noé.
NOÉ
Noé el décimo en la línea desde Adán, bisnieto de Enoc. Murió a los 950 años, 350 después del diluvio, es decir cuando ocurrió el diluvio tenía 600 años. Se supone que entre 100 o 150 años antes recibió la confidencia de Dios, de que pensaba destruir la tierra. También las directrices de qué y cómo hacer para sobrevivir, él junto con otros, y proteger la vida animal y vegetal.
Así que con estos antecedentes, vamos a montar nuestro drama.
En el principio dios (nuestra mente) creó nuestra realidad, pero por algún motivo esa realidad no nos satisfacía, y vez tras vez comenzábamos de nuevo. Pero siempre la vida se resquebrajaba por los mismos lugares y hartas, pensamos en destrozarlo todo, pensamos en destrozar aquello que creaba nuestra vida (nuestra mente) y decidimos volvernos locas.
Pero entonces percibimos a Noé, nuestro Ser. Él había permanecido atento y constante durante toda nuestra vida, y decidimos que no sería justo, destruir a aquel que siempre nos ha apoyado en todas nuestras decisiones, por lo que… Armamos un nuevo plan.
A partir de ese momento, decretábamos la destrucción de todo lo que nos había creado infelicidad, y nos centrábamos en ayudar a nuestro Ser (nuestro Noé interno). Pusimos en sus manos todos los datos, medidas, preceptos y materiales, para salvar nuestro mundo.
Y nuestro Ser (el Noé interior) se sintió complacido de que confiáramos en él. Junto con su esposa (el Amor) y sus tres hijos (la Sabiduría, la Justicia, y el Poder) comenzaron a formar un refugio de salvación, donde preservar todo aquello de valor, que sentará las bases de una nueva realidad.
CONSTRUYEN EL REFUGIO

Después de muchos y muchos años construyendo el arca, cortando árboles, alisando listones, puliéndolos, ensamblando las unas maderas con las otras. Además, aguantando burlas y desprecios. Si todo ese esfuerzo lo dedicaran a tareas más rentables, bien que podrían ser ricos.
Por fin el refugio estuvo terminado, pero y ahora qué iban a guardar allí si sus manos estaban vacías. Tenían tan solo tinajas y tinajas de frutas secas, gavillas y gavillas de gramíneas, cestos y cestos con árboles frutales y plantas, vasijas con diferentes semillas, pero… ¿de qué valor era todo aquello, si mirases hacia donde mirases, la tierra estaba llena de eso mismo?
Obedientemente lo entraron todo al refugio, ante la burla e incomprensión de sus vecinos, y pasaron los días.
De pronto, conforme lo establecido, comenzaron a llegar toda clase de animales. Llegaban movidos por una consciencia que sus congéneres no tenían, puesto que llegaron los que tenían que llegar, y Noé, no le impidió el paso a ninguno.
LLEGÓ LA REESTRUCTURACIÓN
Y entró Noé, su esposa, sus hijos y las esposas de sus hijos, y junto con los demás seres, cuya conciencia según su género los había dirigido hasta allí para escuchar y aceptar los preceptos de Noe (Tu SER ). Entraron en el refugio y se acomodaron junto a todas las provisiones que habían guardado. Se cerró la puerta del refugio, para preservar a aquellos seres, cuya consciencia los había dirigido hacia aquel destino y comenzó la más devastadora crisis que se conociera.
Y durante días, cientos y cientos de días, el refugio fue aventado, zarandeado de un sitio a otro. Y quienes allí dentro estaban en algunos momentos sentían miedo, pues el arca parecía que fuera a zozobrar, pero mantenían la calma. Se ayudaban los unos a los otros, porque los tres hijos de Noe (La Sabiduría, la Justicia y el Poder) ponían por obra todo precepto de su madre (El Amor) les dictaba.
Cesaron las lluvias, y un fuerte y seco viento, comenzó a secar las aguas, y vararon en tierra seca. Sin embargo, aún permanecieron allí dentro sin salir, no tenían prisa, se amaban y se habían cuidado. Podrían incluso esperar indefinidamente, porque tenían fe los unos en los otros. Sabían que todo lo que recibirían de los demás sería bueno para ellos, ¿por qué tener prisa en abandonar aquello que les preservó la vida?
Y cuando por fin salieron, se centraron en dar las gracias, y comenzaron un nuevo mundo.
REPRESENTACIONES
NOÉ: tu Ser.
LA ESPOSA DE NOÉ: El Amor.
LOS TRES HIJOS DE NOÉ: Sabiduría, Justicia, Poder.
EL ARCA: La nueva conciencia de tu Ser, que te libra de la decadencia.
LAS ESPOSAS DE LOS HIJOS DE NOÉ: La humanidad que despierta a la nueva consciencia.
LOS ANIMALES QUE LLEGAN AL ARCA: Toda la humanidad que resuena con la nueva consciencia, pero aún no ha despertado.
LOS VEGETALES QUE ENTRARON EN EL ARCA: La espiritualidad que servirá de alimento al nuevo Ser.
Yo te digo: Gracias, gracias, gracias, por tu atención.
¿Y tú porque das las gracias?

Nuevo hábito

Recuerdos
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