
¿Oír o escuchar?
¿Oír o escuchar?
Parece una pregunta irrelevante, pues algunas personas hasta confunden los términos, no encontrando diferencia palpable entre el oír o el escuchar. Pero como esta es una cuestión sumamente importante en las relaciones humanas, estando a demás muy ligada al aprendizaje, vamos a tratar de diferenciar ambos conceptos y razonar porque es importante prestar atención (“escucha activa”).
La escucha activa se trata de la base imprescindible para poder comunicarnos correctamente y ser capaces de comprender lo que otro ser trata de trasmitirnos. Para conocer lo importante que es el asunto, ve si te suenan las siguientes frases:
– “Él nunca me escucha“. Esta es una queja generalizada por las mujeres.
– “Ella no me comprende“. Esta es una queja generalizada por los hombres.
– “Parece que esté sordo“. Queja de muchos padres hacia sus hijos.
– “Mis padres no se enteran“. Queja de los hijos hacia los padres.
– “El que tenga oído, que escuche“. Frase atribuida a Jesucristo en los evangelios.
Cómo y qué oímos: el oído como sentido físico

El oído es el órgano sensorial que nos permite percibir los sonidos, seamos conscientes o no, queramos o no, sí tenemos un oído sano, este percibirá todo lo que suene a nuestro alrededor entre 0 y 140 decibelios comúnmente.
La membrana del tímpano recibe cualquier onda sonora que le produce una vibración, la cual se transforma en impulsos nerviosos, que son enviados al cerebro donde son procesados.
Todo esto ocurre sin que apenas prestemos ninguna clase de atención, por lo que la mayoría de los sonidos nos llegan sin que seamos conscientes y por consiguiente no los recordamos en muchas ocasiones (afortunadamente) como es el tenue sonido del aire acondicionado, los coches que circulan cerca de nuestra casa, etc.
El problema: ¿oír o escuchar?

El problema se presenta cuando, además de oír debemos de escuchar, puesto que la escucha, no sucede de forma automática, y a no ser que, entendamos lo que nos están diciendo, y nos interese, no seremos capaces de prestar atención, durante mucho tiempo, puesto que nuestra mente, está en una cháchara permanente, de aproximadamente unas 400 palabras por minuto, mientras que cualquier interlocutor de habla audible, solo lo hace a una velocidad de 125 palabras por minuto, por lo que pronto comenzamos a divagar y no recordaremos casi nada de lo que se ha tratado de comunicarnos.
Si como hemos visto, en las frases comunes que hemos anotado, más arriba, la escucha es tan importante, para las relaciones humanas, ¿cómo deberíamos de actuar, para que nuestra escucha, sea más activa?
El oído olvidadizo
Uno de los problemas más grandes, relacionados con el oír o escuchar, sobre todo en el trabajo, la escuela, o en el ámbito familiar, es la falta de acción. En Santiago 1:25, el apóstol dice “los que miran en la ley y no son oidores olvidadizos, es porque la ponen por obra” es decir la clave está en practicar lo oído poniéndolo en acción.
Santiago 1:25
Los que miran en la ley y no son oidores olvidadizos, es porque la ponen por obra
Hazlo ya
Así pues cuando oigas o escuches que, en el trabajo se te pida que hagas algo de una determinada manera, ponlo en práctica cuanto antes y de manera recurrente, con la intención de recordar todos los detalles, para que pronto pase a ser algo que hagas de manera natural. Lo mismo aplica en cuanto se te asigne una tarea en el hogar y por supuestísimo en las tareas del colegio, sea lo que sea que tratas de aprender. Ponlo en práctica cuanto antes, con todo lujo de detalles y repítelo muchas veces. Pero recuerda que es mejor practicar 15 minutos al día durante 6 días que una hora y media de un tirón.
Empatía
La empatía es importantísima para ser una persona que sabe escuchar. Se trata de meternos en el pellejo de la otra persona, sea ésta tu cónyuge, tu hijo, tus padres, o la situación que te estén trasmitiendo, en una clase, conferencia, o cualquier tipo de situación.
Si lugar a dudas la empatía, es una de las habilidades más difíciles de mostrar, puesto que si no has pasado por una situación similar, es difícil poderla emular, es por eso que lo hacemos mejor conforme nos hacemos mayores y adquirimos experiencia en muchas situaciones de la vida.
La vida te enseña
En las relaciones humanas la vida te va enseñando poco a poco, que no para todos una cosa significa lo mismo.
Recuerdo que de jovencita tuve que acudir a un sepelio, y cuando estuve frente al doliente lo abracé y le dije “Lo siento” a lo cual me respondió, “No lo sientas, ha sido lo mejor, estaba sufriendo mucho”. Aquel día comprendí que, desde mi egoísmo, yo sólo pensaba en la pérdida de un ser querido, mientras que el doliente, aun con su dolor, se centró en que el ser querido no sufriera. Desde entonces, sólo abrazo a los dolientes, demorándome unos segundos, para trasmitirles mi amor, pero nunca digo que lo siento.
Cómo cultivar la empatía

Como ya se ha comentado, la mayoría de las veces, no habremos pasado por las mismas, circunstancias que nuestro interlocutor, por lo que debemos intentar entender lo que siente esa persona, saber cuáles son los motivos, qué la llevan a actuar, pensar y sentir de cierta manera. Sólo así podremos comprender su forma de pensar y sus reacciones ante cierta situación. Esto, evidentemente, no quiere decir que estemos de acuerdo en la posición del otro, sólo que somos capaces de comprender la motivación del otro para actuar de cierta forma.
En mi primera novela, Todos los hombres de Carmen se narra muy gráficamente cómo el no mostrar empatía por los sentimientos de los otros puede modificar los acontecimientos de la vida de todos los implicados.
Emite frases y haz preguntas
Demostraremos que además de oír escuchamos, si parafraseamos u hacemos preguntas, que nos ayuden a asegurarnos que hemos entendido lo que el transmisor trata de decirnos. Preguntas como “¿Entonces quieres decir que…?” “¿Fue así como te sentiste…?”, etc. Este tipo de preguntas harán que escuches con más atención y aclararán puntos que no hayamos entendido.
Frases del tipo “Entiendo lo que me cuentas” o “Aclárame ese concepto” ayudan a comprender al otro y verifican que lo hemos entendido. Lo cual vuelvo a decir, no quiere decir que aceptemos, ni que estemos de acuerdo con el otro.
“Yo más”
Uno de los problemas más grandes a la hora de escuchar es el “Yo más”. Seguro que lo has sufrido y lo has hecho en alguna ocasión. “Yo más” se produce cuando alguien te está contando algo y en vez de escuchar comienzas a contarle tu propia historia. Sucede mucho, cuando vas a ver a una parturienta, o un operado, que le preguntas ¿cómo ha ido? para acto seguido contarle cómo te fue a ti, y claro está lo tuyo fue más de todo.
Imagínate que hartura, aguantar eso de todos los que vayan a visitarlos.
Sólo cuatro puntos
Habría mucho más que decir acerca de la escucha activa, pero con que pongas en práctica estos cuatro puntos, tu escucha será mucho más eficaz, comprenderás mejor a tu interlocutor, recordarás datos y detalles con mucha más facilidad, y tu compañía será mucho más grata, para tus semejantes, todo lo cual redundará en beneficio para ti y más felicidad para todos.

1º PRÁCTICA: poner por obra lo aprendido cuanto antes y reiteradamente, hasta que nos salga de forma automática.
2º EMPATÍA: trata de comprender los sentimientos de tu interlocutor o de lo que te está transmitiendo.
3º HACER PREGUNTAS: nos ayudan a prestar atención y aclaran puntos oscuros.
4º DEJA DE PRACTICAR EL “YO MÁS”: Sea quién sea quien te esté hablando, tu padre, tu cónyuge, tu instructor, tu hijo, o cualquier otra persona, préstales atención sin practicar el “yo más”.
Te escucho
Evidentemente me encantaría saber, tus observaciones acerca de este tema, oír o escuchar: ¿Cómo crees que te escuchan las personas cuando tú hablas? ¿Qué tal es tu escucha cuando otros hablan? ¿Cambiaría tu respuesta si el que habla es un niño, o alguien a quien consideres de menos rango que tú? Espero tus comentarios, públicos o por el correo.
Gracias por tú atención.

Comentarios en un blog

Oración de gracias por los alimentos
También te puede interesar

Mujeres
septiembre 18, 2020
Los ejercicios de fotografía en “Bellamorfosis”
julio 8, 2022