
Y tú, ¿qué envías por whatsapp?
Yo en WhatsApp tengo demasiados contactos. Demasiados, no porque me sobre nadie, sino porque muchos no tenemos claro que tanto el móvil como el whatsapp son herramientas de trabajo y se tienen que usar de manera apropiada y con juicio según las circunstancias.
Más de una vez todos nos hemos convertido en jueces, no solo porque hemos juzgado a nuestro semejante, sino además porque hemos condenado. Suele pasar sobre todo cuando somos inexpertos, o cuando tenemos una información segmentada y si se dan los dos hechos en un mismo tema y además tenemos un ego de justicieros, pues es muy fácil caer en cometer esos errores.
Firmemos para que el gobierno vaya a la cárcel
Así rezaba uno de los whatsapp que recibí hace apenas unas semanas y donde se veía el rostro de parte de las personas que gobiernan mi país entre rejas, y se me animaba a firmar el documento. Evidentemente, yo conocía a quien me lo había mandado, pero no a quien lo había puesto en marcha. Está claro que algunas de las cosas que dicen los gobernantes me parecen bien y en otras estoy en desacuerdo. Y claro, yo desde el salón de mi casa, cómodamente sentada frente al televisor, mientras me tomo un café, soy capaz de emitir un juicio sobre cualquier cosa, y creerme que como yo pienso todo estaría bien y todos estarían contentos.
Pero la dura realidad es que si yo reuniera a toda mi familia y preguntara qué desearían ellos para comer al día siguiente, a cada uno le apetecería una cosa, por lo que al final yo que soy la que lo tengo que preparar, analizo los ingredientes que tengo y con ellos trato de hacer lo que considero más apropiado, para el conjunto de la familia. El resultado, o unos u otros reniegan cíclicamente y yo soy acusada de atender más los gustos de unos que de otros.
Pero, pensemos un poco…
Y hablemos del gobierno. Para comenzar, a mí no me parece bien que los votos tengan más valor en unas regiones que en otras. Me parecen totalmente injustas las pagas vitalicias, me parecen abusivas sus dietas y sus gastos de desplazamientos y un largo etc de cosas.
Pero en el otro platillo de la balanza está que, siendo estas cosas conocidas por todos y aceptadas, puesto que los ciudadanos han votado, ¿quien soy yo para decir (por whatsapp o en persona) que mi criterio vale más que el suyo?
Otra cosa sería que hubieran más abstenciones que votos, porque aunque digan que quienes no votan dan su apoyo a los que ganan, no es cierto y si los grupos políticos se enfrentaran a que un 60 o 70% de la población no votara, sabrían que los ciudadanos no estamos de acuerdo con esos abusos que todos, unos y otros, cometen, sean de uno u otro partido, y que tienen un 60 o 70% de la población que no los quieren, y por lo tanto tendrían derecho a expresarlo.
En otro orden de cosas
No debía existir ningún partido político y las personas que se quieran presentar para ser presidente de gobierno que se expongan a nivel individual y sin ampararse en ningún grupo, que sea solo su currículo vitae y trayectoria social lo que lo avale frente a la votación de la nación. El que más votos tenga, presidente, y los demás que se voten entre ellos para las diferentes carteras, según el mismo criterio de conocimientos y buen hacer. Ni más publicidad ni más eslóganes, que dicho currículo y méritos sociales sean dirigido por correos a cada ciudadano.
Pienso que este criterio, además de ahorrar una gran cantidad de dinero a la nación, ahorraría mucho tiempo y enemistadas entre los votantes.
Siendo los presidentes y demás miembros del gobierno meros administradores y sus acuerdos, tanto nacionales como internacionales, no tendrían más vigencia que los cuatro años de su mandato. Quienes se presentaran en otras ocasiones en su currículo expresarían de antemano si piensan prorrogar o rescindir los acuerdos de los anteriores gobernantes, incluso los decretos ley. De tal forma, si la persona que se presenta dice que aceptará o rescindirá cierta ley y obtiene mayoría por votos de ciudadanos, eso se cumpla y entre en vigor el mismo día que jure su puesto como presidente, quedando sin valor las propuestas lo de los otros candidatos. Estos se ajustarán a defender y administrar sus respectivas carteras según la real decisión de los votantes y para el mayor bien de la nación.
La tela del traje del rey
Jajaja, la que se me va a venir encima por decir estas cosas. Porque… las cosas sencillas, no interesan a muchos. Para poder manipular, las cosas tienen que ser enrevesadas y solo estar al alcance de algunas mentes privilegiadas, por lo que al no ser todos unas mentes privilegiadas, vienen los sastres del rey y le muestran la maravillosa tela que solo pueden ver los muy sabios. (¿Recordáis esta fabula?)

Pues estaría bien que todos nos comportáramos como el niño del cuento (Mateo 18:3) y no nos dejáramos engañar, ni por partidos, ni por particulares que perpetúan las enseñanzas de sus ancestros sin preguntarse qué es lo que realmente ven sus ojos. (Mateo18:6)
Háblanos del crimen y del castigo
(…) Y ahora quiero hablaros del hombre que hay en vosotros. Porque es él y no vuestro Yo divino o el pigmeo que vaga en la niebla, quien conoce el crimen y el castigo del crimen. (…)
Párrafo de El profeta de Gibran Khalil Gibran
Sabias son las palabras de Gibran al dirigirse a sus oyentes como hombres mortales y no como a santos o como a demonios. Porque lo cierto es que pocos, por no decir nadie, podríamos levantarnos contra nuestro prójimo como jueces.
El que de vosotros esté sin pecado tire la primera piedra
Juan 8.7
Miremos en nuestro espejo antes de enviar el whatsapp
Y es que en este asunto, al igual que en cualquier otro de nuestra vida, tenemos que observarnos, y evaluar si aquello que vemos en nuestro semejante, es nuestro propio reflejo en el espejo.
Si nuestros gobernantes roban, ¿lo hemos hecho nosotros (el robar o hurtar) en alguna ocasión, según las circunstancias que hemos tenido?
Si nuestros gobernantes favorecen a unos, en detrimento de otros, ¿tratamos nosotros a nuestro prójimo, según su rango social o su poder económico?
Si nuestros gobernantes son inmorales, ¿mostramos nosotros moralidad en nuestros actos?
Si nadie pudiera llegar a saberlo ¿actuaríamos de manera impropia en alguno de estos supuestos?
Las listas nos muestran cómo somos
Durante una semana, apuntemos en una lista todas las quejas o críticas que hagamos, de otras personas y como no, de los políticos. Pasada la semana leamos una por una las críticas, también las de Facebook, Instagram o whatsapp. Analicemos una al día, tratando de recordar en qué momento de nuestras vidas hemos nosotros actuado de esa forma y cómo podemos mejorarlo o corregirlo y ponlo también por escrito. Al día siguiente, analizaremos otra de las quejas de esa semana y procuraremos recordar cuando hemos nosotros hecho algo similar y qué podríamos hacer para mejorar, poniéndolo nuevamente por escrito.
Durante todo el tiempo que nos dure este ejercicio no podremos criticar a nadie, ni adulto, ni niño, ni político, a nadie. Es decir, si hemos hecho siete críticas el ejercicio nos tomará una semana en la que no podremos decir nada negativo de nadie. Si en la semana de críticas hemos apuntado 50 criticas, nos llevará la reflexión cincuenta días en que no podremos criticar a nadie.
Este ejercicio, aunque parezca absurdo y pocas personas se atrevan a llevarlo a cabo, nos muestra cómo somos realmente, tanto si lo hacemos como sino.
Si nosotros mejoramos, todos mejoran
Pero está comprobado que si cada cual asumimos nuestros errores y tratamos de mejorar, el mundo mejora.
Si la persona que puso en marcha el WhatsApp mencionado al principio, explicara qué quejas tiene para pedir la cárcel de nadie y fuera lo suficientemente valiente para analizarse a sí mismo, según sus propias peticiones a los demás, y lo suficientemente honorable para corregir lo que se tenga que corregir, el mundo sería mejor y más feliz.
¿Te atreves a hacer el mundo un poco mejor?

Estrés

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